Louis Aragon .Nació en París el 3 de octubre de 1897 -
Falleció en París el 24 de diciembre de 1982.
Fue un poeta y novelista francés.
Después de participar en el dadaísmo, fue uno de los fundadores del surrealismo (Le Paysan de París) junto a André Breton y Philippe Soupault.
Estuvo con Robert Desnos, Paul Éluard, Jean Prévost, Jean-Pierre Rosnay y algunos otros, entre los poetas que tomaron decididamente partido, durante la Segunda Guerra mundial, por la resistencia contra el nazismo (Le Crève-Coeur).
Su poesía está inspirada desde los años 1940 por el amor a su esposa, Elsa Triolet (Les Yeux d’Elsa), cuñada de Maiakovski. Su obra lleva también entrelazada la secreta herida de no haber sido reconocido por su padre, Louis Andrieux, diplomático, 30 años mayor que su madre, que decidió, para preservar el honor de su familia y de su amante, hacerlo pasar por su hermano pequeño. Evoca lo que fue el secreto de su vida en el libro de poemas titulado Domaine Privé. Poeta del amor, Aragon firma una obra poética plural, en la que el verso libre disputa con la poesía la manera de renacer. Su producción novelística se adapta a los variados estilos de su siglo: novela dadaísta, novela realista, nueva novela...
Elegido Académico de la Goncourt en 1967, sin embargo dimitió al año siguiente.
Fue inhumado en el parque del Molino de Villeneuve, de su propiedad, en Saint-Arnoult-en-Yvelines, al lado de su mujer Elsa Triolet, que reposa allí desde 1970.
-LICANTROPÍA CONTEMPORÁNEA
El grado más alto de la tristeza tanto puede ser
un general ciego mendigando a través de las islas
como hacia las 3 de la mañana la avenida de la Ópera
No hay límites para la melancolía humana
Se cuenta siempre con una piedra para colocar sobre la pirámide de las lágrimas
Estáis seguros de padecer tanto como una mujer estrangulada
en el momento en que ella sabe que todo ha terminado y desea acabar
Estáis seguros de que no valdría más
ser estrangulado si uno piensa en los cuchillos de las horas que se acercan
Desde hace tiempo vivo mi último minuto
La arena que mastico es la de una agonía invisible y perpetua
Las llamas que hago recortar de tiempo en tiempo por el peluquero
son las únicas en delatar el negro infierno interior que me habita
Como cuerpos privados de sepultura
los hombres se pasean por el jardín de mi mirada
Soñadores inexplicables
o soy el único a quien golpea una mano desecada
en este desierto poblado entre estas flores áridas
Amo y soy amado Nada nos separa
Por qué entonces estar triste en el corazón espléndido del amor
El mundo sacude su estúpida cabeza Sabelotodo
Amo aunque la vida sea mortalmente intolerable
Amo aunque luego me vea obligado a aullar
Detrás de mí arrastro el manto fantasmal de las intenciones ocultas
Una cadena de perfeccionamientos del dolor moral
suena a mis pies espantosamente desdichados
Amo y nos amamos pero en medio de un naufragio
pero en la punta de un puñal y no puedo
no puedo soportar el mal que esto ha de hacerte
Tus ojos tus ojos amor mío desorbitados por todo lo que sea placer
Que me arranquen el corazón con tenazas
que terminen con mi cabeza que se despega
Bebo una leche como tinta y la hora del mediodía
se parece al carbón de los pantanos
donde se marchita el Sphagnum al que tomo por mi imagen en los espejos
Yo amo Yo te amo pero
en la cala de un barco en el instante de dar el salto Impaciencia
Innoble impaciencia de saber si eso podrá soportarse
Es probable que todos me juzguen un criminal
guiándose sólo por las debilidades y el aspecto
Ese hombre que según los diarios de la mañana decapitó a su amante
mientras dormía a su lado sollozó en el juzgado
La había asesinado en el cuarto después
en el sótano primero con un cuchillo luego con una sierra
separó la cabeza adorable para poner
el cuerpo en una bolsa lamentablemente algo pequeña
Sollozó en el juzgado
No somos acaso parecidos a las palmas
que crecen unidas florecen y fructifican
para dar una imagen del amor perfecto
El otoño llega con las manos llenas de ilusiones resplandecientes
Qué crimen es ese que me hace sollozar
Mirad mi amor está vivo Muéstrate querida mía
Nada podréis probar La coartada verde como una floresta
Se extiende por el horizonte donde graznan inútilmente los cuervos
Sin embargo en cada árbol hay un ahorcado que se balancea
en cada hoja una mancha de sangre
Qué puede haber peor que el cielo al amanecer o el betún de la tarde
Qué es eso que me impide morder a los paseantes en los bulevares
La amargura que siento crecer en mí puede ser el primer torrente de un diluvio
a cuyo lado el otro parece un vulgar desborde de cloacas
Recuerdo que en mil quinientos cuarenta y uno
cerca de Pavía
cuando me apresaron en la campiña por donde deambulaba
víctima de los primeros efectos del mal
los campesinos no quisieron creerme cuando les dije la verdad
Rehusaron tomarme por lobo furioso
a causa de mi piel humana y Santos Tomases
eternos de la ciencia experimental
cuando les confesé que mi piel lupina estaba oculta
entre pellejo y carne
con sus puñales me hicieron tajos en los miembros y el cuerpo
para verificar mis melancólicas afirmaciones
no me tocaron la cara
espantados por la atroz poesía de mis rasgos
Qué es eso que me impulsa a aullar en las tumbas
qué es eso que me obliga a escarbar irresistiblemente en el polvo
donde duermen los enamorados en descomposición
Qué vas tú a exhumar como si la luz viviente
Dadme el lenguaje tenebroso de los ajusticiados en la silla eléctrica
el vocabulario último de los guillotinados
La existencia es un ojo reventado Que se me entienda
bien un ojo que hacen reventar a cada instante
el harakiri sin fin Me enfurezco
al ver la calma idiota con que reciben mis gritos
Por eso quiero sacar de las fosas hipócritas
a los fallecidos de muerte violenta con sus pupilas horrorizadas
quiero desterrar a las víctimas de las catástrofes
cuyos esqueletos conservan las posturas del terror
que se adaptan maravillosamente a estos días que corren
Decía precisamente mi vecina que hay
gentes que se tiran al agua
Si soy una bestia babosa a quien el asco del mundo
hace babear sería muy fácil acabar con todo
amor mío amor mío oyes esta blasfemia
No es la palidez del amor no es la palidez de la muerte
sino la de los lobos ésta que hay en mi rostro
No puedo morir a causa de esta flor inmensa
cuyo cáliz no puedo soportar que se cierre
Se ha logrado un notable progreso en materia de torturas
sobre el cobayo que soy
sobre el cobayo salvaje que soy las dos manos
atrapadas en dos puertas
el amor la muerte
y unos hércules abstractos se apoyan sobre las dos puertas
con la tranquila seguridad de un número de music-hall
ejecutado sin ningún esfuerzo aparente
Cómo nunca notaste que mis besos se parecían a las palabras sacrílegas
que son todo lo que queda por decir a los esclavos descuartizados
Cómo nunca notaste que te amo en el instante mismo en me matan
que es siempre la última vez que gozo abominablemente en tus brazos
Tus brazos tan bellos que ahí está justamente
ahí está lo más terrible
Todo tendrá que acabar de modo salvaje
Yo te perteneceré haré arrojar a tu amante a las fieras
O lo haré examinar con engaños por un médico alienista
o bien lo mataré fríamente
amor mío
durante su sueño mientras yace pálido y desnudo
mientras los lobos surgen en torno de los cementerios donde duermen
los bellos días que pasamos juntos amor mío.
-De: Persécuté Persécuteur
Versión de Aldo Pellegrini
--Los ojos de Elsa
Inclinando a tus ojos los míos sitibundos
en su fondo vi todos los soles reflejados,
y el salto hacia la muerte de los desesperados,
como el de mis recuerdos a tus ojos profundos.
Es un mar en tinieblas bajo el palio de un vuelo;
de pronto el día plácido de tus pupilas sube;
en los linos del ángel recorta el sol la nube
y sobre las espigas se azula más el cielo.
Vuelve al azul la bruma del viento perseguida;
-más diáfanos tus ojos abiertos bajo el llanto;
ni aún tras de la lluvia los cielos fulgen tanto;
el vaso azul no es tan azul como en la herida.
Madona de Dolores, humedecida lumbre,
siete espadas rompieron el prisma de colores;
el día es más punzante nacido entre clamores,
y el nocturno relente, más azul en quejumbre.
De las melancolías en la plácida fiebre
reabres con tus ojos sendas de epifanía.
Latiendo el corazón, el manto de María
al tiempo los Tres Magos vieron en el pesebre.
Al Mayo de las voces basta con un salterio
para todos los ayes y todas las canciones;
guarda un trozo de cielo luceros por millones,
donde faltan tus ojos con su doble misterio.
El infante absorbido por miríficos viajes
desmesuradamente menos asombro espacia
que si agrandas tus ojos -insoluble falacia-
como racha que abriera dos capullos salvajes.
¿Escondes tus relámpagos en medio del espliego
donde el insecto vive su voluptuoso instante?
Preso estoy en el lazo de la estrella filante,
como ahogado marino bajo estival sosiego.
Yo extraje ese metal sutil de su pecblenda;
yo calciné mis dedos en su fuego prohibido;
paraíso mil veces recobrado y perdido,
tus ojos mi Golconda, mi dorada leyenda.
Y sucedió que el mundo bajo la tarde excelsa
rompiose en arrecifes de pérfidos fanales,
en tanto yo veía desde los litorales
sobre lívidas ondas brillar los ojos de Elsa.
-Versión de: Carlos López Narváez
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