5 de octubre de 2011

ANDRÉ BRETON


Poeta francés nacido en Tinchebray, Orne, en 1896.
Estudió medicina y trabajó en hospitales psiquiátricos durante la Iª Guerra mundial, aplicando sus profundos conocimientos de la teoría freudiana. Desde muy joven trabó amistad con importantes figuras intelectuales de Francia convirtiéndose en el gran impulsor del surrealismo y el dadaísmo.
En 1921 publicó su primera obra surrealista, "Los campos magnéticos", en la que exploró las posibilidades de la hipnosis. Colaboró con Paul Éluard, Louis Aragon y Philippe Soupault en la fundación de la revista Littérature.
En 1922 rompió con el Dadaísmo, se dedicó al automatismo psíquico, publicó en 1924 y 1929 el 1° y 2° manifiestos surrealistas y militó en el partido comunista francés hasta 1935.A raíz de la IIª Guerra mundial, se radicó en EE.UU. donde fundó en compañía de Marcel Duchamp, Marx Ernst, y David Hare, la revista "VVV". En 1941 publicó el Tercer manifiesto surrealista. Regresó a París en 1946, dedicándose hasta su muerte, en 1966, a mantener vivo el movimiento surrealista. ©
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A la mirada de las divinidades


«Un poco antes de medianoche cerca del desembarcadero.

«Si una mujer desmelenada te sigue no te preocupes.

«Es el azul. No tienes que temer nada del azul.

«Habrá un gran jarro claro en un árbol.

«El campanario del pueblo de los colores disipados

«Te servirá de punto de referencia. Tómate el tiempo,

«Recuérdalo. El oscuro geyser que lanza al cielo los brotes

de helecho

«Te saluda.»



La carta sellada de los tres ángulos de un pez

Pasaba ahora entre la luz de los suburbios

Como una enseña de domador.

Y al permanecer

La bella, la víctima, la que se llamaba

En el barrio la pequeña pirámide de reseda

Se descosía para ella sola una nube semejante

A un saquito de piedad.



Más tarde la blanca armadura

Que vacaba de los cuidados domésticos y demás

Tomando a sus anchas más fuerte que nunca

Al niño en la concha, el que debía ser...

Pero silencio.



Un brasero daba ya presa

En su seno a una encantadora novela de capa

Y espada.

En el puente, a la misma hora,

Así se entretenía el rocío con cabeza de gata.

Con la noche, se perderían las ilusiones.



He aquí a los blancos Padres que regresan de las vísperas

Con la inmensa llave por encima de ellos suspendida.

He aquí a los grises heraldos, por fin he aquí su carta

O su labio: mi corazón es un cuchillo para Dios.

Golpeando en una tumba como un velo podrido.

La eternidad busca un reloj de pulsera

Un poco antes de medianoche cerca del desembarcadero.

*Versión de Manuel Álvarez Ortega


Cartero cheval


Nosotros los pájaros que encantas siempre desde lo alto de esos

belvederes

Y que cada noche no formamos más que una rama florecida de

tus hombros a los brazos de tu carretilla bien amada

Que nos desprendemos más vivos que centellas de tu muñeca

Somos los suspiros de la estatua de cristal que se incorpora

cuando el hombre duerme

Y brechas brillantes se abren en su lecho

Brechas por las que pueden percibirse ciervos de cuernos de

coral en un claro del bosque

Y mujeres desnudas en lo profundo de una mina

Recuerdas te levantabas entonces descendías del tren

Sin una mirada para la locomotora presa de inmensas raíces barométricas

Que se queja en la selva virgen con todas sus calderas doloridas

Sus chimeneas con humo de jacintos y movida por serpientes azules

Te precedíamos entonces nosotros las plantas sujetas a metamorfosis

Que cada noche hacíamos signos que el hombre puede sorprender

Mientras su casa se desploma y se sorprende ante los engranajes singulares

Que busca su lecho con el corredor y la escalera

La escalera se ramifica indefinidamente

Conduce a una puerta de haces de heno se abre de pronto sobre

una plaza pública

Hecha de dorsos de cisnes una ala abierta para el pasamano

Gira sobre sí misma como si fuera a morderse

Pero se contenta con abrir bajo nuestros pasos todos sus escalones

como gavetas

Gavetas de pan gavetas de vino gavetas de jabón gavetas de espejos

gavetas de escaleras

Gavetas de carne con empuñaduras de cabellos

A la hora precisa en que millares de patos de Vaucanson

se alisan las plumas

Sin volverte tomabas la llana con que se hacen los senos

Te sonreíamos nos enlazabas por el talle

Y tomábamos las actitudes según tu placer

Inmóviles para siempre bajo nuestros párpados tal como la mujer

gusta de ver al hombre

Después de haber hecho el amor.

-De: "Le revolver à cheveux blancs

*Versión de César Moro

El águila sexual exulta una vez más...


El águila sexual exulta una vez más va a dorar la tierra

Su ala descendente

Su ala ascendente agita imperceptiblemente los mangos de

la menta picante

Y el adorable desnudarse del agua

Los días están contados tan claramente

Que el espejo ha hecho sitio a un entramado de frondas

No veo del cielo más que una estrella

Alrededor de nosotros sólo existe la leche describiendo su

elipse vertiginosa

De donde la blanda intuición de párpados de ágata ojerosa

Se levanta a veces para clavar la punta de su sombrilla en

el fango de la luz eléctrica

Entonces unas extensiones echan el ancla se despliegan por

el fondo de mi mirada cerrada

Icebergs que irradian los hábitos de los mundos venideros

Nacidos de una partícula de ti de una partícula desconocida

y helada que emprende el vuelo

Tu existencia es el ramo gigante que se escapa de mis brazos

Mal atado abre los muros despliega las escaleras de las casas

Se deshoja en los escaparates de las calles

Con las noticias me voy continuamente con las noticias

El diario es ahora de cristal y si las cartas no llegan ya

Es porque el tren ha sido comido

La gran incisión de la esmeralda que dio origen al follaje

Está cicatrizada para siempre los aserraderos de nieve

cegadora

Y las canteras de carne zumban solas con el primer destello

Invertido en este destello

Adquiero la huella de la vida y de la muerte

En el aire líquido

-De: "El aire del agua" -1934

*Versión de Manuel Álvarez Ortega

El Marqués de Sade

El marqués de Sade ha vuelto a entrar en el volcán en erupción

De donde había salido

Con sus hermosas manos todavía ornadas de flecos

Sus ojos de doncella

Y ese permanente razonamiento de sálvese quien pueda

Tan exclusivamente suyo

Pero desde el salón fosforescente iluminado por lámparas de entrañas

Nunca ha cesado de lanzar las órdenes misteriosas

Que abren una brecha en la noche moral

Por esa brecha veo

Las grandes sombras crujientes la vieja corteza gastada

Que se desvanecen

Para permitirme amarte

Como el primer hombre amó a la primera mujer

Con toda libertad

Esa libertad

Por la cual el fuego mismo ha llegado a ser hombre

Por la cual el marqués de Sade desafió a los siglos con sus grandes árboles abstractos

Y acróbatas trágicos

Aferrados al hilo de la Virgen del deseo

-De: L'air de l'eau

*Versión de Aldo Pellegrini-

4 comentarios:

Leticia dijo...

La vida y obra de André Bretón ha
sido una parte aguas no sólo para aquellos amantes del arte poético.
Bretón ha conmovido el universo del conocimiento que se ofrece al leer y vivir el poema.
Gracias y mi reconocimiento a tu trabajo querida Elsa, siempre en búsqueda de la belleza para ofrecerla a tus posibles lectores,como lo haces en tus Blogs.

Elsa Tenca - Mariani dijo...

Sí,más allá de lo personal porque he estudiado y leído a todos los surrealistas,comprendí que influyeron en la 'historia de la literatura' por lo escrito y el tiempo que les tocó enfrentar...
Como siempre recibo tu comentario que valoro,porque como tú sabes la entrada de los lectores los proporciona google.Pero los comentarios ...(es un tema para sociòlogos)

Mi afecto:
Elsa.

perfecto herrera ramos dijo...

Llego tarde, pero a tiempo, para saludar esta entrada para con el gran maestro. Quién no ha dejado las pestañas ante el asombro que nos produjeron sus poemas. Algunos somos en esencia parte de André Breton.
Cómo expresarte mi satisfacción, querida amiga. Gracias, por darnos la posibilidad de volver a poder rememorar algunos de sus versos.

Un abrazo.

Elsa Tenca - Mariani dijo...

Nunca llegas tarde,querido amigo,
nada más emocionente que tu comentario porque fuiste lector consecuente desde el comienzo de po-ética.
Un abrazo hasta Turín.