22 de julio de 2011

ENRIQUE MOLINA



DATOS BIO-BIBLIOGRÁFICOS:


-Poeta argentino nacido en Buenos Aires en 1910.
Su espíritu aventurero lo llevó a vivir una vida intensa como tripulante de barcos
mercantes en el Caribe y Europa, experiencia que le sirvió para dotar con un
carácter universal su expresión artística tanto en la poesía como en la pintura.
Identificado con las ideas y los fines del movimiento surrealista, fundó en 1952,
con Aldo Pellegrini, la revista:"A partir de cero".
Considerado como uno de los más importantes poetas de Latinoamérica,
obtuvo importantes galardones, entre los que merece destacarse el
Gran Premio Fondo Nacional de las Artes 1992.
Su obra está contenida en las siguientes publicaciones:
 «Las cosas y el delirio» en 1941, «Pasiones terrestres» en 1946,
 «Costumbres errantes o la redondez de la tierra» en 1951,
 «Amantes antípodas» en 1961, «Fuego libre» en 1962,
«Las bellas furias» en 1966, «Monzón Napalm» en 1968,
«Los últimos soles» en 1980 y «El ala de la gaviota» en 1985.
Falleció en Buenos Aires en 1997. ©
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*ALTA MAREA

Cuando un hombre y una mujer que se han amado se separan

se yergue como una cobra de oro el canto ardiente del orgullo

la errónea maravilla de sus noches de amor

las constelaciones pasionales

los arrebatos de su indómito viaje sus risas a través de las piedras

sus plegarias y cóleras

sus dramas de secretas injurias enterradas

sus maquinaciones perversas las cacerías y disputas

el oscuro relámpago humano que aprisionó un instante el furor

de sus cuerpos con el lazo fulmíneo de las antípodas

los lechos a la deriva en el oleaje de gasa de los sueños

la mirada de pulpo de la memoria

los estremecimientos de una vieja leyenda cubierta de pronto

con la palidez de la tristeza y todos los gestos del abandono

dos o tres libros y una camisa en una maleta

llueve y el tren desliza un espejo frenético por los rieles de

la tormenta

el hotel da al mar

tanto sitio ilusorio tanto lugar de no llegar nunca

tanto trajín de gentes circulando con objetos inútiles o

enfundadas en ropas polvorientas

pasan cementerios de pájaros

cabezas actitudes montañas alcoholes y contrabandos informes

cada noche cuando te desvestías

la sombra de tu cuerpo desnudo crecía sobre los muros hasta el techo

los enormes roperos crujían en las habitaciones inundadas

puertas desconocidas rostros vírgenes

los desastres imprecisos los deslumbramientos de la aventura

siempre a punto de partir

siempre esperando el desenlace

la cabeza sobre el tajo

el corazón hechizado por la amenaza tantálica del mundo



Y ese reguero de sangre

un continente sumergido en cuya boca aún hierve la espuma de los

días indefensos bajo el soplo del sol

el nudo de los cuerpos constelados por un fulgor de lentejuelas

insaciables

esos labios besados en otro país en otra raza en otro planeta en otro

cielo en otro infierno

regresaba en un barco

una ciudad se aproximaba a la borda con su peso de sal como un

enorme galápago

todavía las alucinaciones del puente y el sufrimiento del trabajo

marítimo con el desplomado trono de las olas y el árbol

de la hélice que pasaba justamente bajo mi cucheta

éste es el mundo desmedido el mundo sin reemplazo el mundo

desesperado como una fiesta en su huracán de estrellas

pero no hay piedad para mí

ni el sol ni el mar ni la loca pocilga de los puertos

ni la sabiduría de la noche a la que oigo cantar por la boca de las

aguas y de los campos con las violencias de este planeta

que nos pertenece y se nos escapa

entonces tú estabas al final

esperando en el muelle mientras el viento me devolvía a tus brazos

como un pájaro

en la proa lanzaron el cordel con la bola de plomo en la punta y el

cabo de Manila fue recogido

todo termina

los viajes y el amor

nada termina

ni viajes ni amor ni olvido ni avidez

todo despierta nuevamente con la tensión mortal de la bestia que

acecha en el sol de su instinto

todo vuelve a su crimen como un alma encadenada a su dicha y

a sus muertos

todo fulgura como un guijarro de Dios sobre la playa

unos labios lavados por el diluvio y queda atrás

el halo de la lámpara el dormitorio arrasado por la vehemencia

del verano y el remolino de las hojas sobre las sábanas vacías

y una vez más una zarpa de fuego se apoya en el corazón de su presa

en este Nuevo Mundo confuso abierto en todas direcciones

donde la furia y la pasión se mezclan al polen del Paraíso

y otra vez la tierra despliega sus alas y arde de sed intacta y sin raíces

cuando un hombre y una mujer que se han amado se separan.


*AMANTES ANTÍPODAS


Itinerarios

Tu cuerpo y el lazo de seda rústica que conduce a las plantaciones

de la costa

al sudor de tu cabellera quemada por las nubes

a los instantes inolvidables

-tantas mutaciones de nómada y de clandestinidad

tantos homenajes a una belleza salvaje

que exige el desorden-

¡oh raza de labios de abandono

hechizada por la vehemencia!

y nuestra fuerza de profundos besos y tormentas

para el infierno de los amantes

hasta volver a su placer fantasma

a su ola de hierro de ayer detrás del mundo!



Aquellos hoteles...

Todas las rampas de la vida cambiante

la velocidad del amor el mágico filtro de la excomunión

la hambrienta luz del desencuentro en nuestras venas de azote

cartas desamparadas antiguas prosas de la noche de los abrazos

y el solitario frenesí de las palmeras

cuando en la ausencia

creciendo hacia mi pecho el fondo de la tierra me devuelve de golpe

todas nuestras caricias

el nudo furioso de la pasión en las negras argollas del tiempo

aquellos moblajes de desvalijamiento y de lluvias

luz de senos en el mar y sus gaviotas y músicas

sobre un altar de desunión con grandes lunas fascinantes sin más

pradera que tus ojos

país incorruptible

país narcótico

con risas del alcohol del viento

y tu pelo sobre mi cara

y las cálidas bestias doradas por el trópico

y el jadeo abrasador de la ola que vuelca en tu corazón su grito

de espasmo y de caída

y de nuevo esos lugares intactos para el sol

y de nuevo esos cuerpos ilesos para el amor

en medio del perezoso meteoro del día

levantando hacia el alma aquel esplendor

los paroxismos el lecho de las dunas y de la corriente con sus besos

en marcha

y las tareas de los amantes mientras la llamarada de la muerte brillaba

alrededor de sus cuerpos

como un afrodisíaco

avivando el deseo

el hambre

¡aquella furia de ayer detrás del mundo!


*DESPEDIDA


¡Adiós pájaro definitivo!

Continuarás tu vuelo en mi alma



sin entenderme, pero conmigo.

Es tan bello este día invernal,



hay tanta distancia en tus alas:

lo que vuela contigo es el cielo.



¿Qué podría decir de mí?

¿Qué podría decir en sueños?



Casa pintada de rojo, con un gato,

la ropa tendida en la azotea:



¿quién abrirá la puerta si desapareció

con sus flores, lámparas y muebles,



los amigos que la frecuentaban,

conversaciones, una historia melancólica



y un poco imprecisa. ¿Cuándo terminó?

¿Quién sabe nunca lo que ha amado?



Hay como un resplandor en torno. ¡Adiós

pájaro más profundo que el cielo!


*EL EROTISMO Y LAS GAVIOTAS


Ahora pido evidencias, certidumbres.

En mi extraño escenario, pasiones y las aves remotas,

surgen paraderos, lugares troncos, idilios,

el sol está partido en dos por la avidez,

mutaciones y la pescadería donde la muerte brilla con escamas,

al borde de la ruta, después de las represas salineras.

La mujer del azar se contempla en su espejo,

con sensuales bucles, en el oscuro bosque de su amor,

flexible y voraz, su cuerpo regido por la luna

se alzó sobre el viento y el cielo,

lejano como estrellas, pero sólo después

vacilaciones, dudas y reproches

para una triste crónica donde ríe la mosca

en la edad triturada.

Reminiscentes caricias flotantes entre adioses

hacen temblar las cosas con un ardor irónico.

¿Pero entonces

tampoco existió el fuego,

el mundo relatado por una voz querida?

Parejos amantes, a ciegas en la ira y el esplendor del tiempo,

el mozo del hotel recogió las maletas,

de ciudad en ciudad, de idioma en idioma, en medio de rostros

movedizos.

Al despertar aparecía el fantasma;

sonriente,

con senos de una melosa consistencia, con dientes brillantes,

insistente y perfumado en la cálida atmósfera,

se tendía en la playa con languidez, hablaba de las pequeñas cosas

del día,

volando en torno a mi alma con la luz de los mares,

(con el sabor del whisky, hacia el cuerpo del hombre).

¿No hay un guijarro entonces,

una naranja, un puñado de arena

que reclame la herencia sin destino del sueño y el olvido?



Has oído el exaltante chasquido del agua

como una boca que rememora de muy lejos,

inmensidad y huesos lavados por el sol,

brillando y ondulando y salpicando las rocas,

un solo instante, un suspiro y las nubes vacías.



Y ahora, por Dios, nada de imprecisiones,

el viento,

sobre la mesa revientan espumas, los muros no existen,

el viento,

las gaviotas exhalan su graznido en el pálido extremo del día,

ella se esfuma en la terraza con su copa y un lento cigarrillo en los

labios,

el viento,

los rostros son ahora más tensos, desaparecen de golpe,

nadie responde, hay un orden extraño, fuera de lugar,

el viento,

la costa, la noche, zonas espléndidas y asesinas,

sólo el viento, el viento con sus garras equívocas.

----Fuente:amediavoz-

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